viernes, 7 de agosto de 2009

Kakome, kakome

En una de esas tantas madrugadas en que insomnio y estudiofobia se combinan para embotarle la cabeza a las humanoides criaturas universitarias, Nela me compartió este video y me gustó tanto que no podía por menos de subirlo al blog.

La historia viene a tratarse de un misterioso orfanato ubicado en medio de un bosque, donde viven unos encantadoramente siniestros niños abandonados con un pasado trágico e igual de siniestro de fondo (imposiblemente más típico de una trama estilo survival horror). La canción que cantan está basada en un juego infantil, que sin más preámbulo no es otra cosa que "a la rueda, rueda" en nosotros verchion o como sea que le llame cada quien en sus respectivos pagos.

3 comentarios:

  1. El Falso acercamiento de la Política:

    Los últimos hechos ya sea tanto en términos de elecciones internas o denominaciones para acompañamientos de formulas hacen pensar que existe cierto interés en acercar a la política a la gente y la gente a la política de una manera que, por lo menos, podría denominarse como superficial y completamente artificial. Ya se ha dicho más de una vez que el mundo actual es cada vez más complejo, cada vez es necesario más calificación y, en la sociedad del conocimiento, la democracia se vuelve más y más exigente porque si no tenés la educación necesaria y la calificación pretendida no vas a poder tener la libertad para desarrollar tu vida libremente por más que puedas poner el sobre en la urna cada 5 años. Dentro de este contexto propio del avance de la sociedad de consumo posmoderna parecería que los políticos van por el sentido contrario. Parece que en vez de intentar acercar la calificación y la complejidad de la sociedad actual a la gente en general y de manera paulatina comenzar un proceso de mejora del nivel político y de la conciencia ciudadana, se ha escogido el camino inverso, borrar toda minuciosidad intelectual para ser “más humano” y, supuestamente demostrar que la política es más “democrática”.
    Esta tendencia pareció comenzar, por ejemplo, en el partido colorado con el tema del acercamiento del “movimiento plancha”. Mujica es otro paradigma de una persona que pareciendo inteligente, de vez en cuando, baja el nivel de sus discursos para las delicias de la masa que busca ver “al pepe de la gente”. Los jingles del Pepe y las cumbias del Cuqui también parecen ir en ese sentido de que la política se “acerca más a la gente en cuanto se adapta al nivel de la gente”. Poner al Hugo como vice aprovechando su gran arraigo popular y su carisma también va en el sentido de tratar de popularizar la política con esta estrategia. De León para mi es una persona que se está jugando por sus convicciones, más allá de estar de acuerdo o no, pero el tema aquí es analizar cual es la tendencia que estamos presenciando con estos diferentes liderazgos.
    A mi juicio, este acercamiento es falaz, no existe y es bien efímero. Las sociedades más avanzadas necesitan menos los liderazgos populares y carismáticos y mucho más la persuasión argumental e intelectual porque no ponen mayoritariamente una “fe divina” en la política sino que depositan también expectativas razonables y explicadas racionalmente. Luego de un mandato presidencial o parlamentario, el elector intenta evaluar si los resultados se ajustan a sus expectativas generadas, al menos en buena parte, de manera racional (jamás es completamente racional u objetivo, obviamente). Acá por otra parte, estamos muchos escalones más abajo y los políticos tomaron el camino más fácil de popularizar la política mediante figuras de arraigo carismático. Y la verdad es que esto no acerca nada la política ni la complejidad de las decisiones a la gente porque, de todas maneras, la tecnocracia en este estadío de desarrollo social es necesaria y seguirá siendo necesaria. Atrás de Mujica diciendo “tá” cada dos segundos y atrás del Hugo (si los colorados tuvieran alguna posibilidad) vendrá la tecnocracia con sus argumentaciones técnicas y valoraciones subjetivas a intentar aplicar tal o cual teoría económica. Y si nosotros no entendemos racionalmente o lo más profundamente posible sus argumentos técnicos para aplicar tal o cual teoría… ¿qué vamos a hacer mañana si no nos convenciera el gobierno de Mujica o el utópico gobierno del partido colorado? ¿Nos vamos a enojar “personalmente” con Pepe y con Hugo?? ¿Vamos a decir…”me falló”….”es una basura”? Eso es una estupidez propia de una persona que al no entender la complejidad de la situación y de las cuestiones técnicas de fondo, decodifica las cosas en términos casi futbolísticos. Nadie entiende todas las cosas técnicas de fondo. Nadie sabe de todo.

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  2. . Eso es obvio, pero dentro de un eje continuo donde en un extremo están las personas completamente informadas de todo y en el otro extremo gente burra e ignorante acerca de todo, uno puede hacer el esfuerzo de que la población se acerque más al primer extremo. Cuantos más ignorantes seamos, más margen dejamos para que el gobierno de turno haga cualquier cosa en las temáticas más complicadas y luego nos vendan maravillas en discursos altisonantes. Eso, claro, a ciertas “barras bravas” de la política les encanta pero a largo plazo destruye la legitimidad política de todo el sistema.
    El otro día se podía escuchar como un intelectual decía que la presentación de una formula es un espectáculo debido a que todo pasa hoy por el tamiz de la televisión y que la gente promedio no está para complicarse con argumentaciones o cuestiones técnicas así que es obvio que las decisiones pasan por otras variables que son menos “racionales” (tal vez la cumbia de cuqui o el jingle de Mujica). Si bien eso es verdad y ninguna sociedad tiene una población completamente informada y capacitada, me parece, que también la realidad marca que hay diferencias y, por lo tanto, no es necesario establecer una situación determinada como inevitable. Sí hay países que son intelectualmente más calificados, desarrollados y educados como Finlandia, Dinamarca o Japón y, evidentemente, las elecciones de sus políticos corren con unas exigencias y demandas mayores. También hay casos peores, claro. Acá todavía no elegimos a un “Mesías” Chavez pero vamos para ese camino.
    Por lo tanto, aceptando que será imposible que toda la gente esté plenamente informada y calificada sobre las decisiones tecnocráticas de los políticos, me parece que cuando se eleva el nivel intelectual de la población es mejor para todos porque vamos a exigir y demandar más desde un punto de vista racional y vamos a depender menos emocionalmente y, por lo tanto, ya no podrán acarrear a la población con “liderazgos carismáticos”. Dichos liderazgos carismáticos o emocionales son simplemente acercamientos superficiales pues atrás de los mismos siempre están los tecnócratas para lidiar con una sociedad donde los sistemas expertos son únicamente asequibles en su lógica mediante el conocimiento técnico. El proceso de complejización social seguirá su camino, empujado por la globalización económica, científica, tecnológica y cultural. Por lo tanto, la democracia, para ser tal en todas las dimensiones y no sólo poniendo un sobrecito en una urna cada 5 años, será cada vez más exigente en términos de conocimiento. Ante esto, por más que pongamos a “Krusty the Clown” como candidato, la política no se acercará a la gente sino se empieza a mejorar a la gente para que esté a la altura de las exigencias inherentes a las decisiones políticas en una sociedad compleja. Cuanto más alejado esté el nivel intelectual de la población de la complejidad de las decisiones tecnocráticas, más independencia tendrán los tecnócratas para tomar las decisiones que les parezca sin tener que rendir cuentas de sus políticas, resultados y valoraciones a quienes no tienen el nivel para exigir explicaciones

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  3. Demagogía y proselitismo, my friend. ¿Alguna vez han dejado de hacer acto de presencia cuando se trata de engañar a las masas, tan bien dispuestas ellas a ser engañadas?

    Pedirle a alguien que se informe un poco y trate de cultivarse (naturalmente, nadie sabe ni tiene por qué saberlo todo) es pretender que abandone la comodidad de dejar que "san Fulano" resuelva el mundo por ellos. Sólo tienen que enarbolar los infaltables estandartes de la "igualdad social", "un mejor futuro para nuestros hijos" y "basta de corrupción".

    Más de la mitad de la partida está ganada con eso, porque así lo ven: una partida. Para pensar más allá de eso ya "no les dan los huevos".

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