Bioseguridad

Suena muy a película conspiranoica sobre armas de destrucción masiva, pero no: se aplica a cosas tan aparentemente simplonas como los prácticos de bacteriología y virología.

¡Buenas a todo esto! Feliz Pascua atrasada, de entre los muchos atrasos que aquejan a este pobre blog. No hay excusa más trillada (después de 'perdí el bondi') que 'la facultad no me deja tiempo' para ponerme al día. En muy buena parte es la verdad, la facultad es una cosa de lo más insalubre; y hasta qué punto que hacía tiempo que no salía tan paranoica/hipocondríaca de una clase, convencida de que en la esquina de cada pasillo del Instituto de Higiene, del baño de mi casa, de mi matera, y muy posiblemente de la enormidad de mamotretos apilados que todavía tengo que leer (de ahí puede salir hasta un muerto), hay hordas y hordas de ruines bacterias aguardando para colonizarme y reírse en mi cara al mejor estilo "Marcianos al ataque". La facultad es insalubre, sí; pero nunca se me ocurrió que hasta el grado de correr el riesgo - en palabras de un profe - de convertirnos en "residentes permanentes del baño de vuestras casas" si no tenemos cuidado con los bicharracos esos, muy felices viviendo sus patogénicas orgías en un cultivo de agar sangre (una Bacanalia procariota, lo que faltaba...).

Básicamente aprendí tres cosas en el primer día de Bacteriología:
- Cosa 1: el 80% de la culpa la tiene el Staphylococcus aureus, desde una foliculitis hasta el calentamiento global, pasando por la extinción de los dinosaurios y el asesinato de Jimmy Hoffa.
- Cosa 2: (esta es la parte divertida del asunto) si me peleo con alguien puedo optar a una retaliación de carácter bioterrorista, todo está en convidar con mate a una colonia de Escherichia coli y seguidamente hacer llegar sus saludos a quien corresponda (pobre de quien me vuelva a dejar sin agua caliente en la ducha).
- Cosa 3: pertenezco a una especie virtualmente extinta de bachilleres que sí tuvo zoología en 5to Biológico, fue perturbador constatarlo pero es efectivamente cierto.