
Así es como vuelven a casa nuestros muchachos mañana por la tarde. Con la cabeza en alto y la conciencia tranquila de que, errores y aciertos mediante, demostraron lo que tenían que demostrar en la cancha.
Todos queríamos, desde luego, el campeonato y luego el 3er puesto cuando lo primero no fue posible; pero este plantel maravilloso deja en Sudáfrica y nos trae a Uruguay algo muchísimo más importante y valorable que ningún título ni ninguna medalla: honor y gloria.
Honor, porque 'los que sólo ganan pegando' jugaron con garra unos partidos increíbles, limpiamente y haciendo gala de una hidalguía que vemos reflejados en cada uno de esos rostros, así como en la persona del maestro Óscar Washington Tabárez. Desde la ambición que no olvida ir necesariamente de la mano de la humildad, desde la sabiduría y desde un temple formidable, un saludo al maestro de maestros que convirtió el imposible en un unísono 'SOY CELESTE'.
Gloria, porque estos muchachos dejaron a Sudáfrica un saldo de 11 goles y ninguna derrota hasta los 4tos de final, cuando un off-side no invalidado los relegó a pelear por el 3er puesto con un grande de la talla de Alemania, que finalmente se arrogó esas medallas en un partido del que nada hay que lamentar, porque ambos cuadros dejaron limpiamente lo mejor de sí en la cancha. Ihr seid unsere Helden für immer. Ustedes son nuestros héroes por siempre.
La generación que vivi


Su país los respeta más de lo que ninguna palabra es capaz de expresar. Pero ante todo, les está profundamente agradecido y los espera con el más cálido de los recibimientos mañana lunes por la tarde. Ustedes devolvieron una causa para festejar unidos, obviando cualquier diferencia y abrazándonos con quien teníamos al lado cuando, todos juntos y en horda, salíamos por las calles de todo el país a festejar a Uruguay que volvía a estar en el mapa, que volvía a acarrear sobre sí los ojos de un mundo que lo miraba - que los miraba a ustedes - con renovado asombro y respeto. Mañana, ustedes vuelven con una corona de oro engastada en perla y zafiro, que es más grande y más importante que cualquier copa; copa que todos queríamos pero que en nada cambia el agradecimiento sincero e inextinguible de este país por sus héroes.
Un saludo a la selección que se lució por excelencia en este campeonato de Sudáfrica 2010. Vuelvan a casa con el pecho y la cabeza en alto, donde nosotros los estamos esperando con el más cálido y merecido de los recibimientos.
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