martes, 27 de octubre de 2009

Unterbürger (I)

Untermenschen, cuyo significado no es otro que Subhumanos, era el término empleado por la propaganda y el gobierno Nazi para referirse no solamente a los judíos, sino por extensión a cualquier otra persona no perteneciente a la autoproclamada y superior 'raza aria'; a saber y en especial: gitanos, eslavos, polacos, rusos, etc. Así empezaron las persecuciones políticas (con el desenlace que ya conocemos) de los distintos. Los inferiores.

Tomo prestado el concepto para Unterbürger, que se traduciría a Subciudadanos, para referirme a una mentalidad de lamentable y creciente aceptación y difusión en lo que no hacía tanto solía ser una sociedad de respeto y tolerancia al que opinaba/hablaba/pensaba diferente de nosotros.

Pasada la noche del 25 y puestos sobre la mesa los resultados definitivos de los comicios electorales, la idea es de aquí a fines de noviembre abocarnos a la campaña fuertemente disputada que constituirá el balotaje para elegir el presidente que va a representarnos de aquí a 5 años más. La idea era que como toda campaña electoral y como se supone que siempre nos hemos caracterizado los uruguayos, la misma estuviera enmarcada dentro de una competencia aguerrida pero también de respeto por el rival; porque la realidad es esa: en una competencia nos estamos midiendo contra un rival, y a quien le disguste la situación antedicha obra poco inteligentemente participando de una campaña política.

No es para menos que nos preguntemos, entonces, por qué la noche del 25-madrugada del 26 tuvimos que escuchar en las noticias acerca de comités incendiados, vidrios apedreados en las casas de la gente, y vituperios vía internet de la clase que ya se figurarán y que no viene al caso repetir en esta nota. Sabemos quiénes fueron y sabemos por qué pasó, lo sabemos de sobra: intolerancia.

Porque ahora resulta que el conciudadano que no vota lo mismo que yo, que no piensa como yo, resulta que ese conciudadano es un cobarde, un traidor, un ignorante (mejoren la ortografía y después hablamos, pichones), un 'cornudo' y otro montón de sinsentidos que sólo cabe tomar como de quienes vienen: una reverenda estupidez. El otro, por no compartir mis convicciones y mis ideas, es en suma un mal ciudadano, es menos uruguayo que yo y por tanto inmerecedor de respeto como para salir a apedrear sus comités de base y sus casas y agredirlo verbalmente (o físicamente si contamos al chico nacionalista que terminó con una mano quebrada por ir con una bandera de su partido).

El otro es un subciudadano, alguien menos que yo y por tanto menos merecedor o directamente inmerecedor de respeto, porque piensa distinto a mí.

Sabemos quiénes fueron y aquí lo digo sin ningún tipo de inconveniente: los militantes izquierda radical. Y es que no fue precisamente una exhibición de inteligencia arrojar piedras a los comités envueltas en listas de su partido, pero pretender lo contrario sería pedirle a un fanático fundamentalista que razone un poco lo que está haciendo, y que si piensa cometer actos vandálicos que por lo menos tenga el grado de razonamiento suficiente para cubrir un poco sus huellas.

No cabe esperar algo distinto de quienes son dirigidos por un terrorista (no un ex terrorista; un terrorista que lo fue y lo seguirá siendo), alguien que llama a una campaña electoral 'lucha' y que no ha hecho otra cosa - porque de ministro y senador no hizo absolutamente nada, ni un decreto ni una sola ley - que convocar a la 'lucha de clases' en donde debiera abogarse a la colaboración entre todos los ciudadanos para poder hacer de esta una sociedad efectivamente más equitativa y justa para todos. Sus propuestas no contemplan otra cosa que revanchismos y rencores que no deja de azuzar en las cabecitas repletas de fanatismo, con los resultados que ya vemos: intolerancia, agresión al adversario, irrespeto hacia este.

Ahora resulta que si las cosas no salen como él quiso todo es parte de una conspiración en su contra: si los plebiscitos no salen es porque 'la gente se distrajo por las elecciones' y por eso no le prestó atención al plebiscito; si no gana en 2da vuelta es porque 'la mayoría absoluta fue un invento creado para que el FA no pueda crecer'; si la gente medita con detenimiento su voto y no se inclina por él 'son todos una manga de giles/cobardes' y es mejor que 'tiren el voto al mar'.

Resulta ahora que las personas no son capaces por sí mismas de administrarse ni de disponer del fruto de su esfuerzo con libertad, y que necesitamos un Estado intervencionista y totalitario que sea dueño y arrendatario de todo, al que nosotros sólo pagamos una 'renta' hasta que 'termina nuestra edad de trabajo' (declaraciones textuales del Pepe Hood) y entonces somos reemplazados por alguien más.

Un consejo, reliquia insolente de los '60: mirá el calendario con algo más de detenimiento y fijate que al siglo XXI entramos hace algo así como un buen tiempo. Hacé el grandísimo favor de cortarla con los delirios marxistas y enterate de que por lo que hemos trabajado tenemos todo el derecho del mundo a disfrutar, y que no vas a mover absolutamente a ninguna familia del campo en el que ha vivido y trabajado toda su vida para 'arrendárselo' a más nadie, que la única 'motito' a la que vas a 'tener bien fichada' es la tuya y que de las ruedas ajenas vas a seguir manteniendo a una saludable distancia; en suma, que en el bolsillo y la propiedad ajena no vas a meter ni una mano ni tan siquiera un dedo.

Ahora resulta que los aviadores tendrían que irse de kamikazes y los soldados de albañiles; que no necesitamos abogados ni especialistas médicos... en fin, la retahíla de disparates sigue y sigue, y una nota demasiado larga podría descarrilarse sin que sea esa la idea. Los demás somos, sin ir más lejos, 'ciudadanos inferiores' incapaces de conducirnos por nosotros mismos, necesitados de la 'guía superior' de un Estado intervencionista y totalitario que nos diga qué hacer y cómo hacerlo hasta el último detalle de nuestra vida cotidiana.

Unterbürger; un Estado dueño y arrendatario de todo que dirige las vidas de los ciudadanos; un candidato presidenciable que llama a la 'lucha de clases' sacralizando a una por encima de otra que es poco menos que despreciable y digna de ser perseguida y combatida... ¿quiénes son entonces los fascistas?

Bajá de tu grandiosa nube, pobre Calígula anacrónico y descolorido: nadie te dio autoridad para referirte y tratar a tus conciudadanos en esos términos. La gente es perfectamente capaz de administrarse y disponer de sí mismas y de su propiedad, no necesitan la guía de ningún pobre ignorante con delirios de grandeza para eso. Hacé algo saludable para vos y para todo el mundo, siguiendo tus propias textuales palabras: andá a tu chacra a cortar acelgas (lo siento terriblemente por las acelgas).

4 comentarios:

  1. Hola Mefista,
    espectacular, buenísimo tu artículo!!

    Es ni más ni menos que un relato de la realidad.

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  2. Hola, Ciudadana. ¡Qué bueno que te pasaste por acá! Me alegro que fuera de tu parecer la nota. La verdad sea dicha no me gusta politiquear mucho en el blog, pero como están las cosas ahora callarse no es una opción.

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  3. Te falta mucho jajaja que increible lo que uno tiene que leer de gente totalmente ignorantee!!

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  4. Me amás, pichón, lo sé. Por algo vuelven siempre a comentar las entradas (encantador, sin duda, pero respetar los tildes no te hará daño).

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