______________________________
Uruguayos, todos, a todos los uruguayos me dirijo: blancos, colorados, rosados, negros, del partido que sean, de la religión que sean, sin importar la raza u orientación sexual que tengan. Uruguayos, este es un llamado a la reflexión, a la consciencia, a la memoria.
En noviembre debemos elegir entre dos candidatos a la Presidencia; quien obtenga la mayoría de votos será nuestro Presidente por los próximos cinco años.
¿Qué implica ser Presidente? El Presidente de la República es el Jefe del Estado, Jefe del Gobierno y la Suprema autoridad administrativa.
El Presidente de la República simboliza la unidad nacional y debe dar cumplimiento a la Constitución y a las leyes y debe garantizar el respeto de los derechos y libertades de todos, procurando la conservación del orden y la tranquilidad, en sus manos tiene el mando superior de todas las Fuerzas Armadas, entre muchas otras competencias.
Muchos decimos que votamos un partido, una Fórmula, sin embargo, lo que estamos haciendo es depositar nuestra confianza, la dirección de un país en manos de una persona, que debe ser apta para cumplir con tan importante función y aún más grande responsabilidad.
Debemos desmitificar también cuál es la función del Vicepresidente.
De esta figura, la Constitución Uruguaya únicamente habla en dos oportunidades (sólo dos) fijando como sus únicas funciones la presidencia del Senado y de la Asamblea General.
El Vicepresidente no forma parte del Poder Ejecutivo y únicamente cuando lo suple (estando ausente el Presidente) participa de él.
Y ahora, brevemente mencionadas las responsabilidades a las que un Presidente debe enfrentarse y dejado en claro que, en términos de dirección del País, el Vicepresidente no tiene influencia alguna, llega el momento de reflexión.
¿Queremos que José Antonio Mones Morelli sea nuestro Presidente?
“José Antonio Mones Morelli”, ése era el nombre “artístico” del “Pepe” su alter ego, durante los años en que se dedicó a combatir la democracia, a torturar gente, a asesinarla, a secuestrarla, a saquear bancos, a atentar contra la Constitución , a cometer delitos de lesa humanidad, a copar escuelas y a provocar daños contra la propiedad etc., etc., y mil veces etc.
Realmente consideramos que:
Un terrorista - Porque atentar contra la democracia es terrorismo,
Un asesino - Porque, al menos, los siete balazos por la espalda dados a José Leonardo Villalba el 11 de febrero de 1971 lo hacen un asesino,
Un ladrón - Porque por más de que él haga alusión a “expropiar” justificando lo injustificable, robó, descaradamente, robó: "Yo expropié recursos para la lucha en la que soñaba con cambiar la realidad, ¿ta? Robar es cuando usted se la guarda para usted y se la gasta usted",
Un Secuestrador - Porque, al menos, mandar secuestrar lo convierte en secuestrador,
Un Involucrado en desapariciones, asaltos, robos, muertes, saqueos, asesinatos, POR ÉL MISMO CONFESADOS.
pueda ser nuestro Presidente?
El máximo jerarca, realmente queremos que así sea?
Realmente consideramos que los 12, 13 o 14 años de prisión cambiaron su forma de ver la vida, su desprecio hacia quienes por su esfuerzo o dicha tienen más? Realmente queremos que un ex-convicto sea nuestro Presidente?
Vamos a dejar que alguien que no puede expresarse de manera civilizada, coherente y entendible sea quien mejore la educación de nuestros hijos, hermanos, vecinos, de nuestra propia educación? No parece irónico y por demás contradictorio?
Vamos a creer realmente en alguien que nos llama “atorrantes”, “platudos”, “chorizos”, “sabandijas”, y que nos discrimina según el barrio en que vivimos?
Vamos a dejar nuestro futuro y el de nuestros seres queridos, el del país entero, en manos de alguien que se levantó y sublevó contra un régimen democrático, que se santifica por haber recibido balas en su cuerpo, olvidándose que en el momento en que las recibió en sus propias manos sostenía una pistola?
Vamos a dejar que se fomente aún más la apología de la vagancia, de la ignorancia, a través de políticas generadoras de mediocridad, de conformismo, que rinden culto al lumpenaje, quitándole dignidad a las personas a través de limosnas estatales?
Vamos a seguir dejando que nos saquen las ganas de trabajar, de triunfar, de salir adelante, de superarnos?
Vamos a seguir dejándonos llenar el ojo con que cada niño tenga una computadora (intención por demás digna y admirable), cuando esas computadoras están ya en condiciones deplorables en menos de seis meses? Cuando esas computadoras son utilizadas por sus hermanos mayores, armando redes de venta de pasta base? Cuando esas computadoras son “vaciadas” para “tener más memoria” y así poder bajar juegos y pornografía?
Qué ejemplo podemos darle a nuestros niños cuando ven que una persona mal hablada, inculta, agresiva, que ofende, grita y destrata a los demás, desaliñada (y no pretendo etiquetar o elaborar un comentario clasista o superficial) ordinaria y vaga puede llegar a ser su Presidente?
Cómo podemos siquiera considerar que alguien así de ignorante e intolerante que hace público su desprecio por la ley, su descreimiento en la Justicia y desconfianza en el Sistema, nos gobierne y se someta a dicho Sistema?
Cómo podemos confiar y creer en alguien que justifica sus robos y delitos y los califica de buenos, de manera jocosa y con un semblante rebosante de orgullo?
Cómo podemos permitir que alguien tan bárbaro y con un pensamiento tan troglodita respecto a la participación de la mujer en la sociedad sea el Presidente de nuestras hijas, hermanas, madres, abuelas, amigas, novias? ("¿Vos te creés que el problema importante es la representación política de la mujer y todo lo demás? A la inmensa mayoría de las mujeres no les interesa la política, les interesan otras cosas.""Fenómeno, viva la cara de ellas (las mujeres con mejor escolaridad en la universidad), no estoy en contra, pero no me masco esa pastilla de esa mujer intelectual que está postergada, por favor.")
Parece increíble que tenga que escribir estas líneas, uno pensaría que ya en el siglo XXI con un poco de consciencia y responsabilidad, razón y lógica y ejercicio responsable de la voluntad alcanzaría para entender que no podemos dejar que ese ser, que se hacía llamar José Antonio Mones Morelli, y que detrás de esa identidad ocultaba al asesino y mil veces delincuente, sea el Presidente de nuestro hermoso Uruguay.
Despertemos uruguayos, cambiemos la cabeza.
Tenemos una segunda oportunidad, el 29, no votemos movidos por la pasión, no dejemos que nuestras condiciones socioculturales nos limiten ni nos determinen, no nos dejemos comprar, que no nos engañen, abramos los ojos.
Vamos uruguayos!
Luis Aguerre Enríquez
No hay comentarios:
Publicar un comentario
§å¥ å Þrå¥εr